HISTORIA DEL RAMEN
Pese a que no podemos saber con exactitud el momento exacto, sí podemos afirmar con toda seguridad que el ramen llegó a Japón como versión adaptada del plato chino conocido como lamian 拉面, cuya traducción es ‘fideo estirado’ y hace referencia a la técnica con la que se preparan este tipo de fideos, estirando y doblando la masa una y otra vez. Como detalle indicar que el nombre que se le da en Japón a los fideos usados en el ramen, chūka soba/shina soba significa literalmente ‘fideos chinos’.
Ya a principios del siglo XVI el plato aparece referenciado en textos chinos, aunque no hay un hecho concreto que narre el salto a tierras niponas del plato originario chino. Sí hay algunos mitos que sugieren que fue traído por un monje en el siglo XVII que sugirió a un miembro del clan Tokugawa comer sus fideos udon al estilo chino, pero si nos tenemos que ceñir a la historia hace falta irnos a la apertura de Japón en 1852 con el tratado de Kanagawa y el tratado de comercio con China en 1871, que permitió la introducción de comida típica china, y luego la primera aparición en 1884 de un anuncio en la prensa de un restaurante de Hakodate anunciando nankin soba, pero ya era común la presencia de restaurantes chinos donde se podía comer lamian.
Lo que sí podemos afirmar es que el plato se popularizó después de la Segunda Guerra Mundial, en plena transformación de la identidad cultural y su adopción como plato estrella de la clase trabajadora, hecho acentuado durante las distintas crisis económicas a finales del siglo XX.
Una buena forma de entender su evolución y disfrutar de los distintos mitos ligados a sus orígenes es el libro The Untold History of Ramen: How Political Crisis in Japan Spawned a Global Food Craze de George Solt.
Tomando como veraz la llegada del ramen a Japón a finales del siglo XIX la Segunda Guerra Mundial lleva al país a una hambruna que duró varios años, con ocupación por parte de las fuerzas estadounidenses y racionamiento de bienes de primera necesidad.
Es en este contexto que el ramen toma protagonismo por su composición: los fideos se podían fabricar con relativa facilidad por las importaciones de trigo de Estados Unidos, y si lo combinamos con una base de caldo y la generosa cantidad de grasa que acompaña al plato obtenemos una solución barata y calórica con la que luchar contra la hambruna imperante. También es por ello que durante mucho tiempo el ramen se considera ‘comida de pobres’, y es en este sentido que no es apreciado como lo es en la actualidad.
Pongamos en contexto dos hechos que acaban de popularizar el ramen antes de su boom a finales del siglo XX: el cambio en la identidad nacional japonesa y la invención, por parte de Momofuku Ando, de los fideos instantaneos Cup Noodle カップヌードル.
El primer hecho es clave. Además de todas las circunstancias ya mencionadas sobre la posguerra, la ocupación estadounidense trae el abandono por parte de la sociedad Japonesa de muchas costumbres ancestrales, entre ellas culinarias. Un gran crecimiento económico propicia la existencia de una enorme masa trabajadora para quienes una comida rápida y barata supone un ahorro de tiempo durante la jornada laboral. Por otro lado, a finales de los años 50 Momofuku Ando inventa los mundialmente conocidos fideos ramen instantaneos y funda la empresa Nissin Foods. Esta versión low cost de los fideos se popularizará por todo el mundo mucho antes de la fiebre que se vive por el ramen en la actualidad.
Por si fuera poco, a finales del siglo XX Japón vivió varias crisis económicas que convirtieron a un plato cuyo coste es especialmente bajo en la opción preferida por los japoneses con poco tiempo para comer. Es posteriormente, ya entrado el siglo XXI, que esta comida se ha ido popularizando en el exterior hasta llegar al boom actual, con constante aparición de distintos restaurantes a lo largo y ancho del mundo.